Una bolsa de ositos de goma

Me tiemblan los dedos, será cosa del frío.

Mis ojos se dirigen a la ventana y pienso, ¿puedo vivir sin él? Niego con la cabeza y cierro los ojos. El en aire hay un aroma de lluvia y césped mojado. En la cocina la cafetera está vacía y en la puerta está la maleta. Bendito sea el viento que entra por la ventana. Con aire de Abril y primavera. Con olor a cerezo en flor y a tostadas con mermelada de melocotón. Con tacto de seda y de sangre alterada en muchos amantes.

Releo lo último que he escrito en un trozo de papel, en el avión. En ese avión en el cual podría haber perdido la cabeza de impaciencia al ir, y haber muerto de impotencia al volver. Son una lineas sobre sus ojos, sobre su color de ojos. Qué lástima. No estás. Mi casa está sola.

Las cartas que han pasado bajo la puerta están en el suelo y entonces veo un sobre enorme en la que pone Jeanne, no la había vuelo a ver. Decía así:

Querido poeta de los suburbios,
Sé que me viste, sé que nos viste. Ahora no sé por qué te escribo, quizás por que quiero que alguien en este mundo sepa que pasa por mi cabeza. O quizás es porque necesito escribir sobre él. ¿Sabes? El otro día conseguí que me viera, tan pequeña como era me miró y me habló con su voz dulce. Sí, no lo he imaginado, como estarás pensando. Soy tan ridículamente pequeña, y eso que solo quería compartir una bolsa de ositos de goma con él. Quiero mirar las nubes y ver qué formas graciosas tienen mientras me apoyo en su pecho tumbados en la hierba. ¿Es absurdo verdad? Él ya quiere a alguien, a una chica que seguramente sea mas guapa, y más lista, que seguramente quiera compartir con él sus bolsas de chuches y quiera comer chocolate con magdalenas las noches de invierno. El otro día les vi juntos. Ella era más alta que yo, y no era invisible para él. Tenía unas largas piernas y lucía un buen pelo castaño. Pero ella parecía no verle a él.
Oh, poeta mío, ¿crees que él también se siente solo por que esa persona no le quiera? ¿Sentirá lo que yo siento cuando paso por su lado?
Guardaré unos ositos de goma sólo para tí.
Atentamente,
Jeanne


Pobre Jeanne y su Ele. Amar es la mayor locura, a no ser que se haga con locura.

4 comentarios:

.A dijo...

locura de los demas.. y nunca miro la mia..

Keiko McCartney dijo...

Oh....!

Claudia Hale. dijo...

Seguro que al poeta también le gustan los ositos de goma :)
As always brilliant, my lady!(L)

Trovador de sueños dijo...

Que distintas y a la vez que parecidas... Si, son mundos muy lejanos... Pero ambas comparten la esperanza de seguir adelante, de mejorar, de cumplir sus sueños. Me ha gustado, escribes muy bien.

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